miércoles, 13 de mayo de 2009

El espíritu sabe lo que necesitas


Un día estaba muy triste, de esas veces que de verdad le preguntas a el Señor ¿Que no éramos amigos?
Pues bien, en la noche iríamos mi esposo y yo a la hora santa y desde la mañana esperaba con ansias acudir a ese encuentro con Jesús; planeaba que cuando estuviera a sus pies le expresaría todo mi dolor y me desahogaría ante él.
Comenzó la tan esperada hora santa y cuando iba a abrir mi boca para contarle mi dolor y llorar a gusto en su presencia, lo primero que dije fue: ¡Bendito Señor! te doy gracias por tu amor, eres grande maravilloso es tu amor... toda clase de alabanzas a Jesús, pero mi mente pensaba una cosa y mi boca decía otras, pues me dejé llevar y salí con una paz que no me la creía.
Desde ese día me quedó bien claro que hay que dejarse llevar por el Espíritu durante la oración, porque Dios ve mas allá de lo que vemos nosotros.

No hay comentarios: