viernes, 19 de junio de 2009

Como ovejas sin pastor



Don Renato Ascencio, es el nombre del obispo de la diócesis de Ciudad Juárez, en un hombre que a parte de imponer por su jerarquía, impone por su rostro serio.

Durante un congreso, nos encontrábamos en el área de liturgia preparando todo para la celebración eucarística y como suele pasar en cuanto llega el obispo, hacemos silencio y nos ponemos solemnes. Pues ahí vamos todos bien derechitos en procesión, la cruz alta delante, los ciriales, los lectores, y su suponía que también el obispo y los sacerdotes que con celebrarían con él. Comenzamos a escuchar que el coordinador de el ministerio de alabanza nos decía algo cuando pasamos a un lado de ellos, pero no le entendíamos a causa del sonido hasta que por fin comprendimos: ¡Vienen solos!, volteamos y el obispo junto con los sacerdotes estaban a unos 30 metros de nosotros, ya uno de los sacerdotes venía a alcanzarnos risa y risa.

Ahora si, tocan el canto de entrada, nos alcanzan el obispo y sacerdotes terminamos la procesión e iniciamos la eucaristía con una sonrisa en los labios.

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