martes, 13 de abril de 2010

Rendir el corazón




Cuando nos cansamos, hay que saber en quien descansar...

¨Los ataques epilépticos que le daban a una de mis hermanas eran cada vez mas fuertes y frecuentes, muchas veces acabamos en urgencias.¨

¨ Siendo ya el desgaste emocional insoportable, un día caí de rodillas y llorando y gritando le supliqué al Señor que la sanara. Después de largo rato de estar suplicando, caí como en descanso y vi que el Señor entraba a mi casa, se detuvo un momento, me sonrió, y se acercó a mi hermana, en ese momento yo supe que la iba a sanar. Después de ese día a mi hermana le dieron solo dos a tres ataques más, y después de años no le han vuelto. Yo se que el Señor la sanó por su infinita misericordia, y es que a veces hay no solo que pedir, sino caer de rodillas y rendir el corazón…¨

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