viernes, 31 de julio de 2009

Malos entendidos


Esos malos entendidos que provocan momentos tan penosos (y sonrisas)...


Durante la hora santa de un congreso juvenil, se le pidió a un hombre del ministerio de discernimiento que orara por una muchacha que había caído en descanso en el Espíritu, pero el entendió que la levantara (los que han tenido experiencias con gente que cae en descanso, saben que la persona se suelta por completo, como se estuviera desmayada, por lo que se pone muy pesada), pues ahí va el obediente hombre y levanta a la muchacha, batallando pero lo hizo, pero de pronto cae y ella le queda encima, y las risas no se hicieron esperar, mientras algunas personas de discernimiento y del ministerio de orden trataban de rescatar al pobre hombre de tan embarazosa situación.

El Señor siguió con su obra y se sentía su presencia, pero francamente creo que se dio oportunidad de mirar de reojo y sonreír un momento.

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