La sencillez de nuestro Dios...
¨Hace algún tiempo iba a tomar la rutera para ir al trabajo. En el camino iba orando, pidiendo a el Señor, entre otras cosas, que nunca me dejara sola, que lo necesitaba y que me acompañara, que en la tarde pasaría a el sagrario a visitarlo. En eso veo pasar unas mujeres vestidas de blanco y con velas, cuando las vi mi corazón latió con fuerza, me sorprendí, ¡Señor! en serio vienes a encontrarte conmigo hasta aquí? y si, venían con un relicario cantando alabanzas y orando.
¨Tal vez iban a ver algún enfermo pero Jesús en el camino, al igual que hace dos mil años, sanaba a los que encontraba y los miraba a los ojos. Yo estaba anonadada son su presencia, adorándolo¨
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